En un mundo dirigido por criterios económicos, tanto los temas de medio ambiente como los de responsabilidad social empresarial han cobrado mayor sentido en los últimos años. Por una parte las empresas ven en ésta su oportunidad para diferenciarse de la competencia y por otra la de posicionarse con una imagen más consciente con las necesidades sociales y menos apegada a lo puramente comercial. El resultado, consumidores que se identifican con las marcas gracias a las causas que apoyan, más allá de los productos o servicios que ofrecen.
Aun cuando en la mayoría de las empresas se aborda el tema de medio ambiente refiriéndose a permisos y normas regulatorias o de estandarización, y lo sustentable termina siendo un elemento más dentro de la misión corporativa, existen áreas de oportunidad en términos de responsabilidad social, que pueden generar mejoras en las dinámicas internas contribuyendo a la productividad.
Considerando que la empresa es un elemento fundamental para generar un impacto al desarrollo económico, no debemos olvidar el impacto social y, dependiendo de la actividad, también medioambiental.
¿Cómo ser socialmente responsable con el medio ambiente sin comprometer los intereses de la empresa? Básicamente se puede elegir por dos opciones: crear un programa propio relacionado con cuidado ambiental que tenga un impacto significativo ya sea involucrando o no a los empleados, o acudir a organizaciones civiles que implementan programas donde pueden o no participar los colaboradores. La primera opción obliga a la empresa no solo a asignar un presupuesto para la actividad, sino a una persona o a un grupo de personas para coordinar el programa, mientras que la segunda opción facilita el proceso de vinculación con la sociedad civil ya que solo se necesita identificar con cuál de los organismos se quiere trabajar.
Lo que ha funcionado para algunas empresas que inician su vinculación con organizaciones sin fines de lucro, es realizar campañas internas de separación y reciclaje. Donde el recurso generado por esta actividad es canalizado para reforestaciones, campañas de limpieza en comunidades donde residen un número importante de empleados, campamentos de verano para hijos de trabajadores, campañas de concientización y educación ambiental, entre otras. De esta forma involucran a los trabajadores en todo el proceso, generando una mejoría en el ambiente laboral y muy posiblemente un incremento en la productividad.
Evidentemente la responsabilidad social empresarial es la oportunidad de darle un sentido más humano a una actividad comercial y de incrementar las posibilidades de posicionarse en la preferencia del consumidor como una empresa que piensa más integralmente en las necesidades de los mismos.